25/01/2010

"En el amor, por cierto, el sentido de la orgía y el gusto por ella lo es casi todo. A mí, por ejemplo, me encanta poner al hombre a cuatro patas y morderle, sobarle, azotarle las nalgas; tumbarme con la cara bajo su tallo suspendido y mordisquearlo y chupetearlo y metérmelo hasta las amígdalas; y levantarme luego y ordeñarlo por detrás, lamiendo su rosa pequeña y metiendo en ella mis dedos. Me gusta sentir bajo su piel el palpitante flujo de savia y ver cómo luego ésta cae pesadamente sobre su cuerpo, sobre las sábanas o el suelo".

Alina Reyes, El cuaderno de Rosa.

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